Por Francisco Ramírez R/ MUNDO LEGISLATIVO
Un día después del asesinato del candidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, y cuatro personas más, las declaraciones de una guerra política entre las dos principales fuerzas políticas del país –PRI y PAN-, ya es abierta y señalan el inicio de las hostilidades rumbo al 2012.
Al presidente Felipe Calderón, no le alcanza el poder la palabra, porque nunca ha sabido usarla. Nunca ha podido convencer a nadie. Y su palabra empeñada como Presidente en tratos abiertos o secretos, ya no tiene valor para la clase política. Y no es de ayer.
La ineptitud y el fracaso del gobierno de Felipe Calderón, se presta al chantaje, a la burla o a la ira.
Dice Manuel López Obrador: “Me reúno con él, si acepta cambios económicos” Y añade: “No se percibe en Calderón ni en las 40 familias de potentados que realmente gobiernan al país, ningún interés para cambiar la política de saqueo, de pillaje y de exclusión que margina a la mayoría de los mexicanos y que ha llevado a está descomposición social y a este estallido de odio irracional y a está inseguridad y violencia”. Lo vuelve a “mandar al diablo”
El Partido dominante y mayoritario en México, el PRI, rechazó en voz de su presidenta Beatriz Paredes Rangel, cualquier diálogo con el gobierno panista. Se colocan ahora en el sitio en el que había estado López Obrador. Califican y llaman también espurio a Felipe Calderón.
Según Paredes Rangel, en su rebuscado y medieval lenguaje político, el PRI siempre ha estado dispuesto a dialogar, “pero con liderazgos legítimos y no fruto del oportunismo, que bregan en la borrasca de aguas tormentosas para ver si recomponen sus posicionamientos cuando ha sido precisamente la irresponsabilidad y el cortoplacismo, el querer ganar a cualquier costo, lo que ha enturbiado el debate y envilecido a la política”.
“Ganar a cualquier costo”, es la frase que revela las intensiones y los hechos.
Se le olvidó recordar a Beatriz Paredes, que a las 9:48 horas del 1 de diciembre de 2006, Felipe Calderón tomó posesión de la Presidencia, en San Lázaro, en medio de las rechiflas de los legisladores de PRD, PT y Convergencia, porque el PRI que ella encabeza estuvo presente en la sesión, y sin contar los votos de los legisladores, que hicieron acto de presencia avalaron la legitimidad de Calderón. Pero ya no les gusta ahora.
Peor aún. Paredes Rangel, no mencionó tampoco en su discurso luctuoso de ayer –martes de 29 de junio-, que firmó un pacto secreto con César Nava, líder del PAN y Fernando Gómez Mont, secretario de gobernación, para votar a favor el alza de impuestos más brutal en la historia del país, y que con ello jodieron a millones de mexicanos, empresas medianas y pequeñas, comerciantes y profesionistas a los que hoy el gobierno de su ahora “espurio” presidente, les saquea los bolsillos.
Finalmente, a Felipe Calderón ya no le da la vida. Y menos el discurso, hueco y gastado.
Acompañado de los miembros de su gabinete de seguridad, en Los Pinos, dijo ayer por la mañana: “Convoco a todas las fuerzas políticas del país, a todos a quienes creemos y defendemos la democracia, a que dialoguemos sobre éste y otros desafíos que México enfrenta de manera directa, a que demos juntos una respuesta unida y firme frente a quienes atentan contra la vida democrática y la paz de los mexicanos”.
Tres años y medio después y un saldo de casi 25 mil muertos, ¡convoca! A platicar.
Y trata de jalar aire frente a todos: “A los ciudadanos no les pido actos de martirio o de heroísmo, sino simplemente pido su apoyo decidido y su comprensión”. Sin embargo, no ofrece acotar los excesos de las fuerzas de seguridad, ni fortalecer los organismos de derechos humanos, a los que su secretario de Gobernación llama “tontos útiles”.
Ah, pero hace una advertencia: “Frente al desafío que hoy nos plantea la delincuencia organizada no hay margen para pretender dividendos políticos”.
Tal vez Calderón debería hablar al respecto con César Nava, el dirigente de su Partido, que le atiza “leña al fuego”.
En este clima de división política interna y larga confrontación, las ambiciones se desatan, de dentro y de fuera. Vean:
Estados Unidos se declaró “conmocionado” por el “brutal asesinato” del candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre, y manifestó que este crimen sólo pone en evidencia la necesidad de “reforzar” la estrategia y alianza que mantiene la administración estadounidense con México en la lucha contra los cárteles de la droga y el crimen organizado. “La pérdida de una vida siempre es lamentable, pero de ninguna manera puede significar la pérdida de confianza en lo que (México y Estados Unidos) podemos hacer juntos, como naciones, para derrotar a la violencia” de los cárteles de la droga, manifestó el Departamento de Estado en Washington
“Hacer juntos”, en territorio mexicano, claro. Los muertos, ya dijo Naciones Unidas, los pone México, por cortesía de Calderón.
Sostengo lo mismo; Ya sabemos cómo empezó…