domingo, 16 de mayo de 2010

El factor Fernández de Cevallos

Por Francisco Ramírez R / MUNDO LEGISLATIVO


Pase lo que pase con el ex senador Diego Fernández de Cevallos, el golpe al ánimo, la credibidad, la confianza y la seguridad de la sociedad en México, es durísimo.

Desata el factor del miedo colectivo. Su propósito no es otro que el desestabilizar al país. Y lo peor es que no hay antídoto inmediato, ni operadores en el gobierno que puedan siquiera paliarlo. No saben cómo. Y no se sabe si quieran.

Es un golpe político y mediático muy bien medido por quienes lo hayan concebido y realizado, debido a la fama pública –buena y mala- de Diego Fernández de Cevallos.

Todo lo dicho en materia de seguridad por los personeros de la política que trabajan para Calderón, comenzando por Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, se viene abajo. Con un agravante, que el secretario -que vislumbraba hace unos días la baja en la violencia- y Fernández de Cevallos son amigos.

De nuevo queda exhibida la fragilidad e ineficiencia del gobierno panista, cuyo titular abandonaba el país -el sábado 15 de mayo- para irse de gira a Europa, un día después de que secuestraran al ex senador, en su rancho “La Cabaña”, en el municipio de Pedro Escobedo, en Querétaro.

Pero no solo eso, el mismo viernes 14 de mayo por la noche –en que secuestraban de forma violenta al ex senador, según los reportes de la Procuraduría queretana- , la guerra de Felipe Calderón contra el narco, desató una ola de violentísimas ejecuciones en el país, especialmente en un bar de Torreón en el que presuntos sicarios masacraron a ocho y dejaron heridos a otras 19 personas más.

Por si lago faltara al escenario de incertidumbre en que se ha colocado a México, ese mismo día -15 de Mayo- se conocía que elementos del Ejército habían baleado la comitiva del candidato del PRI al gobierno de Chihuahua, César Duarte.

Otro hecho que por separado sembraba la desconfianza y el temor entre la ciudadanía, sucedió en Valle Hermoso, en Tamaulipas, donde el candidato a la alcaldía de este municipio, José Mario Guajardo Varela, fue asesinado la mañana del jueves 13 de mayo pasado junto a su hijo Luis Mario Guajardo y su empleado Fernando Treviño.

Los rumores crecían el sábado por la noche en la ciudad de Querétaro, y se desataba una ola de especulaciones en torno al posible asesinato del ex senador Diego Fernández de Cevallos, desaparecido un día antes.

Poco antes de llegar al hangar presidencial -en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México- el presidente Felipe Calderón Hinojosa, fue alertado sobre la confirmación de la noticia de la desaparición, secuestro y hasta presumible muerte del ex senador Diego Fernández de Cevallos, en el estado de Querétaro, donde se ubican sus ranchos.

Mientras en México la sociedad se sumía aún más en la incertidumbre, desde la seguridad de un atril en España, el presidente Felipe Calderón -a pregunta expresa durante una conferencia conjunta ofrecida Rodríguez Zapatero, en el marco de la cumbre entre México y la Unión Europea celebrada el domingo en Comillas, España-, reiteraba una declaración que parece sacada de un cajón cada vez que se requiere: se realizan todas las pesquisas necesarias. No hay novedades: "simple y sencillamente no tengo un avance más que reportar que los que los medios de comunicación han reportado. He girado instrucciones precisas al procurador como al secretario de Seguridad Pública y al de Gobernación para estar al tanto minuto a minuto del tema y constantemente me está reportando personalmente la situación y avances en las investigaciones”.

Sólo sabe lo que saben los reporteros. ¡Sálvese el que pueda!

En tanto el país se desbarata en medio del terror de una “guerra” que como dijo en la víspera el presidente Barack Obama, es un término obsoleto (porque excluye el deber del Estado con sus ciudadanos no ver al consumidor como delincuente, sino como un enfermo), el presidente Calderón se va, otra vez, como si nada pasara en México.

A fin de cuentas, lo que suceda con “El Jefe” Diego, será solo un “daño colateral”.

Finalmente y tema aparte: El PAN comenzó su vergonzosa caída electoral 2010 en Mérida. Simbólica pero efectiva.