lunes, 1 de marzo de 2010

SON DE LA LOMA

El Pontificio Consejo de la Comunicación y Calderón

Por Francisco Ramírez.

Lamentablemente el presidente Felipe Calderón, muestra sus carencias todos los días, de una manera muy penosa para él –de lo que parece no percatarse-, y de todos los que lo escuchan, lo miran o leen, que son millones de personas –y que examinan a diario periódicos y revistas aquí y en el extranjero-, contrario a lo que creen sus ignaros “asesores” en el tema.

Calderón no es el primer presidente de este país que quisiera ver reducida la prensa de México a sus mesiánicos designios, intereses o caprichos. Y seguramente no será el último.

El gobierno de Calderón, tan apegado a la iglesia católica, debería de imitar, aprender o al menos averiguar sobre la “estrategia” de comunicación del santo padre, que está rodeado de eminencias en la materia, a diferencia de aquél, que está cercado de amigos inexpertos y torpes en el manejo, el trato y la relación con los medios en el país, sobre todo de los impresos, a los que desprecian con una supina arrogancia.

Afirman y creen, de modo equivocado, que en este país la sociedad no lee periódicos o revistas. Pero cuando alguno de estos medios publica lo que les incomoda, ponen el grito en el cielo, les espanta, les encabrona y acaban por tratar de ahogarlo financieramente, creyendo que se eternizarán en el poder, cuya veta ven agotarse día a día. Endosan “facturas” que pagan a diario.

Por ejemplo, los “comunicadores” de Calderón, entablaron una política de llamadas a las agencias y corresponsales extranjeros en México, a quienes a raíz de que SE “decretó” que en este país se había originado la gripe porcina ó H1N1 –lo que provocó daños económicos incuantificables a México-, les pedían y en algunos casos exigían que fuesen “objetivos” en sus notas, lo que motivó una reacción que aún no descifran los “estrategas” calderonistas.

Joseph Ratzinger –Benedicto XVI-, nombró a principio de este año, a cinco nuevos obispos para integrar el grupo asesor de la Santa Sede en la Pastoral de las Comunicaciones. Dos de ellos son de lengua española: Héctor Luis Gutiérrez Pabón, obispo de Engativa, en Colombia y presidente del departamento de Comunicación Social y Prensa del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y Joan Píris Frígola, obispo de Lleida y actual presidente de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Española.

Adicionalmente, el Papa nombró a Thomas Christopher Collins, arzobispo de Toronto (Canadá); Francis Xavier Kriengsak Kovithavanij, arzobispo de Bangkok (Tailandia); y Béchara Raï, obispo de Jbeil, Byblos de los Maronitas (Líbano).

El Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, presidido por el arzobispo Claudio María Celli, según la constitución apostólica Pastor Bonus, “se ocupa de las cuestiones concernientes a los instrumentos de comunicación social, a fin de que, también por medio de éstos el mensaje de salvación y el progreso humano puedan servir para el incremento de la civilización y de las costumbres”.

Actualmente, el secretario del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales es Dom Paul Tighe, irlandés, y Dom Giuseppe Antonio Scotti, obispo italiano presidente del Consejo de Administración de la Librería Editora Vaticana como secretario adjunto.

Todos ellos tienen amplias credenciales en el manejo de medios de comunicación, y asesoran y vigilan en forma permanente, la construcción de las relaciones del Vaticano, con los medios de comunicación, en el mundo.

Guardadas las proporciones, sería mucho pedir a Calderón, siquiera que intentase integrara un equipo asesor en la materia. Todo parece indicar que carece de éste.

En la Dirección de Comunicación Social, de la Presidencia, se encuentra –hasta hoy, 2 de marzo- un amigo de él -ex integrante de la banda Timbiriche- Max Cortazar, que era un completo desconocido en el medio periodístico del país cuando llegó al cargo, y sin credenciales para ocupar dicha posición, salvo su estrecha amistad con Felipe Calderón.

Luego de la vergonzosa derrota electoral del Partido Acción Nacional (PAN), a mediados del año pasado, al parecer desde esa oficina se ordenó la cancelación de la publicidad a los medios impresos y electrónicos incómodos para el gobierno.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), emitió una dura recomendación al Presidente, por el manejo discrecional y faccioso que se ha hecho de la publicidad en el gobierno.

El pasado jueves 25 de febrero, de gira en la ciudad de Mérida el presidente Felipe Calderón, señaló a “la prensa nacional” de vender sus primeras planas –cosa que por supuesto no ocurre de ese modo-, y dijo textual: “Claro que si uno ve la prensa nacional, desde luego que la manta que dejan (describía la difusión de narcomantas en los periódicos, aunque no las mencionó por su nombre), además, en un pueblo, un recado de fulano para zutano, o lo que no tenemos, lo que nos cuesta a cualquiera de ustedes (estaba con representantes de la iniciativa privada) o al gobierno una primera plana de varios millones de pesos, eso sí aparece en primera plana y a todo color”, exclamó.

Pues es una revelación la del presidente Calderón, porque la mayoría de los periodistas en el país no sabíamos que la actual Presidencia compraba Primeras Planas, y menos que éstas se vendieran completas. En tiempo de Luis Echeverría, por ejemplo, sí se compraban cien líneas –ágatas, claro- en primera “y lo que diera en interiores”. O lo que se conocía en el argot como “hay como cosa tuya”… Son cosas de la historia que ignoran Calderón y su ineficiente, pero muy soberbio equipo de Comunicación Social.

¿Pero con los panistas?... ¡Vaya testimonio! ¿A qué periódicos se referiría?

O tal vez lo hizo, en desquiete de lo que durante dos días le publicó, eso sí, la prensa nacional, sobre sus nuevos amigos en Cancún, durante la Cumbre en la que tuvo que salir a aclarar que no, que nada era para discriminar a Estados Unidos, que no era una cumbre excluyente, que no era para afectar a nadie, luego de fotografiarse y presumir a Hugo Chávez (Venezuela), Evo Morales (Bolivia), Raúl Castro (Cuba), Michelle Bachelet (Chile) e Ignacio Lula (Brasil)…¿Será?