domingo, 7 de febrero de 2010

SON DE LA LOMA

De Culpas e Ineficiencias

Por Francisco Ramírez R.

Francamente es una situación insostenible por la que atraviesa el país, que día a día y mes con mes se deteriora en todos los aspectos, destruyendo la convivencia y el tejido social mientras los políticos muestran el cinismo insoslayable en cada palabra, en cada acto que los acompaña y que, gustosos, muestran por televisión llevando al hartazgo a una sociedad cada vez más indignada.

Las lluvias de hace unos días sacaron de las aguas de los ríos, no sólo sus inmundicias que inundaron y dañaron cinco mil viviendas en el Estado de México y cuatro mil más en varias delegaciones en el Distrito Federal como Iztapalapa o Venustiano Carranza, afectando también varios municipios de Michoacán, donde 17 personas murieron.

También expusieron la vileza de algunos políticos que creen –porque si pensaran otra cosa sería- que los lectores, radioescuchas o televidentes de este país son imbéciles, al mostrar sus visitas en propaganda “auxiliadora” hacia miles de damnificados, que no ven la hora de paliar sus desgracias.

Desde la mesa de un lujoso restaurante, en un helicóptero o desde “el otro lado del río” todo se ve en una óptica distinta de quien padece los estragos de una ineficiencia administrativa y política manifiesta en todos los órdenes, símbolo ya de una administración federal, local y sobre todo municipal y delegacional que no tiene cura, por ahora.

Por ejemplo, el gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, se enteró de la desgracia de los pobladores de la comunidad de El Rosario, pero es probable que no se enterara de que hirieron a balazos a 3 personas en Jacona: que murieron sepultados 3 mineros en La Huacana, que hay alerta por afectaciones del Río Lerma en el estado y Guanajuato y, por si no faltara, que tembló y el sismo fue de 3.6º con epicentro en Coalcomán, porque el estaba en la Ciudad de México, comiendo en un lujoso restaurante. Sólo en Tuxpan hay dos mil viviendas dañadas por el aguas, ya sea parcial o totalmente, y el número de damnificados en todo Michoacán fácilmente supera las 10 mil personas.

A estas horas, miles de damnificados naufragan, literalmente, porque nadie supo ni pudo prever que venía un meteoro ya advertido al menos una semana antes de que sucediera, por los servicios del Meteorológico y por los noticieros. Pero en este país los políticos no escuchan.

La Comisión Nacional del Agua, a cargo de José Luis Luege Tamargo, salió a repartir culpas por todos lados, a decir que “alertaron” ¡por correo y por teléfono! a las autoridades de la Ciudad de México y del Estado de México, ¡dos días antes!.

¿Y? Eso es todo… ¿Y por qué la Conagua no alertó a la población? ¿Y a las autoridades y a la población de Michoacán? ¿No les llamaron?

Mienten y se culpan unos a otros, pero nadie asume su responsabilidad, a no ser en declaraciones huecas, vacías que nadie cree. “Vamos a guardar la calma. Los vamos a ayudar, hasta donde alcancen los recursos”, les dijo el presidente Felipe Calderón, a damnificados en el Estado de México que, atónitos, lo veían del otro lado del río.

Mientras, vecinos en varias delegaciones, como Tlalpan, Tláhuac o Xochimilco salían a bloquear las calles porque llevaban cuatro días sin luz, en algunos casos, los camiones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), eran tomados para que les restauraran el servicio; y las interrupciones en el suministro de luz fastidiaban toda clase de aparatos en miles de hogares.

Por ejemplo, en el Arenal, sin luz y sin vigilancia, los habitantes se organizaban para ahuyentar a los saqueadores que merodean en las noches, “porque aquí, ni la policía se atreve a entrar”, narraba una mujer damnificada que llevaba tres días sin comer, en el techo de una casa destruida que se negaba a abandonar, no porque tuviese aún algo de valor, sino porque no quería entrar en las inmundicias anegadas que dejaban los ríos…y los políticos a su paso.